¿Dónde están todos?
Esta pregunta la formuló en 1950 el físico italiano y constructor del primer reactor nuclear, Enrico Fermi.
La cuestión se convirtió en una paradoja que recibió su nombre, la Paradoja de Fermi, que trata de la contradicción entre la alta probabilidad de existencia de civilizaciones extraterrestres debido a la enorme cantidad de planetas en el Universo y la falta de contacto con dichas civilizaciones.
Un estudio publicado recientemente en The Astronomical Journal intenta responder a esta pregunta o sugerir una respuesta plausible.
Según Jonathan Carrol-Nellenback, científico computacional del Centro de Investigación Integrada de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, la vida extraterrestre inteligente podría estar tomándose el tiempo necesario para explorar la galaxia y dominar por completo el movimiento de los sistemas estelares.
«Si no se tiene en cuenta el movimiento de las estrellas al intentar resolver este problema, básicamente nos quedamos con una de dos soluciones: nadie abandona su planeta, o somos, de hecho, la única civilización tecnológica de la galaxia», dice Carrol-Nellenback.
La teoría de los investigadores se basa en el hecho de que las estrellas y los planetas orbitan el centro de la galaxia a diferentes velocidades y direcciones, pero en ocasiones se acercan más. Sería en este momento cuando se producirían los viajes interplanetarios, cuando los extraterrestres viajan a destinos que se encuentran más cerca de ellos.
Teniendo esto en cuenta, se cree que es posible que los extraterrestres aún no hayan llegado hasta nosotros o, si lo hicieron, podrían haber visitado la Tierra en el pasado mucho antes que los seres humanos, ya que la Tierra tiene alrededor de 4.600 millones de años y los humanos modernos han habitado nuestro planeta durante 200.000 años, con registros históricos que se remontan a poco más de 5.000 años.
Los autores de la investigación sugieren que si una visita se hubiera producido en un pasado lejano, es posible que sus huellas ya hubieran desaparecido.
También consideran que si ya se hubiera producido el contacto con nuestro planeta, podría no ser necesaria otra llegada, ya que las civilizaciones extraterrestres podrían preferir visitar planetas deshabitados o aún desconocidos para ellos.
