El piloto Giancarlo Cecconi, de la 14ª Ala de Cazas de la Fuerza Aérea, volaba su avión de combate G.91 regresando a la Base Aérea de Treviso, Italia, después de haber realizado una misión de reconocimiento el 18 de junio de 1979 a las 11:30 horas.
El Centro de Radar de Istrana registró la presencia de un intruso en sus pantallas y ordenó a Cecconi que interceptara la nave no identificada que había penetrado en un área restringida.
El piloto activó las cámaras de la aeronave y se acercó al OVNI a una distancia de 80 metros a una velocidad de 300 nudos (550 km/h).
El personal de tierra del aeropuerto siguió la escena con binoculares y el personal de la Torre de Control de Treviso contactó a Cecconi para advertirle que el objeto estaba liberando un extraño «rastro azul».
Cecconi lo perseguía a una altitud de 7000 pies y, a medida que se acercaba al objeto, hizo movimientos hacia arriba y hacia abajo, ascendiendo hasta los 13 000 pies.
El piloto hizo siete u ocho pases cerca del objeto tomando fotografías del OVNI, lo que resultó en un total de 82 fotogramas que mostraban al intruso.
El OVNI aparentemente estaba inmóvil con respecto al G.91, pero el centro de radar confirmó a Cecconi que el objeto se movía con un rumbo y una velocidad definidos.
Cecconi describió la nave como un «tanque de gas» negro mate con una pequeña cúpula blanca o transparente ubicada en la parte superior del objeto ligeramente aplanado.
Mientras Cecconi realizaba una maniobra más para tomar otra ronda de fotos, el radar de Istrana informó que el objeto desapareció de las pantallas y poco después, la Torre de Control de Treviso confirmó que habían perdido el contacto visual con el OVNI.
El avión volvió a la Base Aérea y aterrizó, se sacaron las películas y se llevaron a revelar.
El piloto mostró mucha curiosidad por ver las fotos que tomó incluyendo la “cúpula” blanca e informó que “el objeto era un tanque cilíndrico de al menos 8 metros de largo por unos 3 metros de diámetro suspendido en el cielo a 13,000 pies de altura”.
