El Caso del Sargento de la Fuerza Aérea Abducido

O sargento da Força Aérea dos EUA, Charles L. Moody ,afirmou que foi abduzido por alienígenas no deserto de Alamogordo, no Novo México.

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En la noche del 13 de agosto de 1975, alrededor de la 1:20 a.m., Charles L. Moody, un sargento de la Fuerza Aérea de los EEUU de 32 años, conducía su automóvil por el desierto de Alamogordo, Nuevo México, para observar la lluvia de meteoritos.

Moody se sorprendió al darse cuenta de que en lugar de «estrellas fugaces», vio una nave brillante en forma de disco de aproximadamente 15 metros de largo y 6 metros de ancho que emitía un zumbido agudo.

Según el relato del sargento Moody, la nave aterrizó a unos 20 metros de él y tenía una ventana rectangular al frente, donde podía ver unas sombras que parecían humanos.

 

El sargento Moody trató de alejarse, pero su auto no arrancaba y en ese momento sintió que todo su cuerpo se adormecía antes de presenciar la extraña nave despegar y desaparecer repentinamente.

Conmocionado por su experiencia, Moody regresó a su casa y le contó el episodio a su esposa, y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que eran más de las 3 a.m. y havía perdido casi dos horas en un incidente que parecía no haber durado más que unos pocos minutos.

Unos días después, Moody reportó un inusual sarpullido en su piel y fue a ver a un médico quien, tras escuchar el relato del sargento, le sugirió practicar la autohipnosis para tratar de recordar lo que había sucedido durante el tiempo perdido.

Después de algunas semanas, el sargento Moody recordó que, después de estar entumecido, vio a varios seres humanoides saliendo de la nave, acercándose a su automóvil y llevándolo a bordo de la nave no identificada.

Los seres extraterrestres descritos por el sargento Moody.

“Los seres medían como un metro y medio de altura y eran muy parecidos a nosotros, excepto que sus cabezas eran más grandes, no tenían pelaje, sus orejas eran muy pequeñas y sus ojos eran un poco más grandes que los nuestros, sus narices eran pequeñas y la boca tenía labios muy finos. Hablaron, pero sus labios no se movieron. Llevaban un tipo de ropa ajustada, pero no pude ver ninguna cremallera o botón. El color de su ropa era negro, excepto uno de ellos que vestía una especie de traje blanco plateado”, dijo el sargento Charles L. Moody.

Moody dijo que el alienígena vestido de blanco, que creía que era el líder, le preguntó telepáticamente si se comportaría pacíficamente y, después de que él estuvo de acuerdo, el humanoide tocó a Moody con un dispositivo en forma de vara en su espalda, lo que inmediatamente alivió su dolor.

Luego de eso, Moody fue llevado a una habitación blanca, con paredes redondeadas y una iluminación inusual, donde uno de los seres lo examinó y le dijo: “No te haré daño. No fuimos creados para hacerte daño”.

Después del examen, el sargento preguntó si podía ver la sala de máquinas, los seres estuvieron de acuerdo y lo llevaron a un nivel inferior de la nave donde vio una máquina de apariencia compleja que estaba hecha de largas varillas metálicas y grandes esferas cristalinas. Los seres extraterrestres le explicaron que la nave espacial operaba bajo el principio de los polos magnéticos positivo y negativo.

Los seres también le dijeron a Moody que tenían una «nave nodriza» mucho más grande en órbita y que no eran la única raza de extraterrestres que visitaba la Tierra, advirtieron del peligro de usar armas nucleares y dijeron que ún día revelarían su existencia al mundo entero.

Antes de abandonar la nave, los seres explicaron que no recordaría lo que había sucedido, por lo que Charles L. Moody fue colocado nuevamente en su automóvil, donde observó cómo la nave espacial despegaba y desaparecía en el cielo nocturno, su último recuerdo antes de las sesiones de autohipnosis.