
En la madrugada del 4 de octubre de 2015, alrededor de las 5 de la mañana, el piloto de un avión privado despegó del Aeropuerto Internacional de Galeão, en Río de Janeiro, hacia Curitiba.
Según el piloto, a una distancia de cinco a diez kilómetros de su avión aparecieron tres luces parpadeantes de color rojo, azul, amarillo y ámbar.
Las luces estaban agrupadas, pero no daban la impresión de formar parte de un mismo objeto. De vez en cuando se alejaban un poco y luego se acercaban nuevamente.
El objeto luminoso pareció detenido en el aire y, según el informe del piloto, fue adelantado por el avión y dejado atrás, a una altitud de aproximadamente 750 metros. El piloto dijo que el extraño objeto tampoco emitía ningún sonido ni ruido.
El avistamiento duró unos cinco minutos.
Según el informe del piloto, que no estaba solo en el vuelo y tiene un testigo de lo que describió, no había posibilidades de que el objeto volador fuera una aeronave convencional como un avión o un helicóptero.
Ante la duda, el piloto informó a los controladores de vuelo del Cindacta 2, en la capital de Paraná, y, al aterrizar, llenó el «Formulario de Control de Tráfico de Hotel», el documento oficial de registro de OVNIs (Objetos Voladores No Identificados) en territorio brasileño, puesto a disposición por la FAB (Fuerza Aérea Brasileña) en todos los aeropuertos del país y en Internet.
Unos meses antes, los pilotos de un vuelo de Latam en la región de Manaos también detectaron luces extrañas. Semanas antes, fue el turno de los pilotos y controladores de vuelo de la Fuerza Aérea Brasileña de ver también OVNIs.
Sólo en 2015 se registraron al menos 15 incidentes con estos objetos en todo el país.
