¿Cómo los Mayas Sabían Tanto Sobre Astronomía?

Os Maias conheciam mais sobre astronomia do que os europeus de sua época.

Daniel Schwen/Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)
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Mientras estaban en su apogeo, entre el año 200 y 900 d.C., los mayas fueron una de las civilizaciones más avanzadas del planeta.

Su astronomía y matemáticas estaban en cierto modo por delante de lo que sabía Europa.

En el año 325 ya dominaban el concepto del cero, algo que los europeos solo descubrieron y empezaron a utilizar unos 700 años después.

 

En varias ciudades mayas, como Palenque, Sayil y Chichén Itzá, los centros astronómicos ocuparon áreas centrales.

Los mayas calcularon que Venus pasa por la Tierra cada 583.935 días, algo asombrosamente cercano al número correcto que conocemos hoy: entre 583.920 y 583.940.

También definieron que el ciclo lunar dura 29,53086 días (en realidad los astrónomos hablan de 29,54059).

Los mayas registraron que el Sol completa su ciclo en 365,2420 días, mientras que hoy en día este número está fijado en 365,2422.

Con base en este conocimiento, crearon un conjunto de calendarios complejos e interrelacionados que juntos formaron uno de los sistemas de cronometraje más precisos de su época.

Documentos Quemados

Hoy sabemos que los mayas acertaron en sus cálculos, pero ¿cómo fue posible que avanzaran tanto sin utilizar ningún tipo de lente o telescopio?

Entre los europeos, la astronomía solo comenzó a avanzar más rápido en el siglo XVII, cuando Galileo Galilei se apropió de la invención del telescopio, registrada por los fabricantes de lentes holandeses Hans Lippershey, para observar el espacio.

Es difícil saber cómo llegaron los mayas a estas conclusiones porque, mientras Galileo ubicaba manchas en el Sol e identificaba el planeta Júpiter, los españoles estaban empeñados en destruir la civilización maya.

Como los mayas no tenían un reino unificado, fue un proceso lento, con cada ciudad-estado cayendo sola. El último, Tayasal, fue derrotado en 1697, y todos ellos fueron saqueados y quemaron bibliotecas y templos.

“No conocemos su investigación en detalle, porque los españoles destruyeron todo lo que encontraron. Es cierto que lo que queda es sólo un residuo del conocimiento que habían acumulado”, dice el antropólogo estadounidense Marcello Canuto, profesor de la Universidad de Yale en EE.UU.

Pocos documentos han sobrevivido, el más importante de los cuales es el Código de Dresde, un manuscrito que reúne prácticamente todo lo que sabemos sobre sus conocimientos matemáticos y astronómicos.

En este texto de 39 hojas, escritas por ambas caras, no sólo se encuentran la descripción de rituales religiosos, sino también los cálculos para la predicción de eclipses y las conclusiones respecto al ciclo de Venus, que funcionó como referencia para la fecha de la cosechas y para elegir la estación más favorable para la guerra.