
La noche de aquel sábado 6 de marzo de 1982, Operário, cinco años después de ser semifinalista del Campeonato Brasileño, venció al Vasco por 2-0 en la apertura de la segunda fase de la Copa de Oro.
Pero lo que los aficionados recuerdan, más que los dos goles del delantero centro Jones, es el extraño objeto cilíndrico que cruzó el cielo sobre el Estadio Morenão. Emitiendo luces fuertes y extremadamente silencioso, el objeto sobrevoló el estadio por unos instantes, lamentablemente sin registros fotográficos ni filmaciones.
El OVNI se ha convertido en parte del folklore de Campo Grande. A día de hoy, medios de comunicación de todo el mundo acuden a la ciudad con un único objetivo: descubrir la historia del legendario platillo volante.
Pero después de tanto tiempo, ¿se puede garantizar que los fanáticos de la ciudad tuvieron contacto inmediato y de primer grado con alguna forma de vida extraterrestre ese día? Años después, la duda persiste.
“Creo en las cosas de Dios. Sólo eso. Lo que había allí esa noche, lo hubo. Estaba encima de mí, emitiendo luces. Pero no creo que sea extraterrestre ni nada por el estilo”, dice el ex lateral derecho Cocada, hermano de Müller, jugador brasileño campeón del mundo en 1994, esa noche el ex deportista vivía la alegría de debutar como titular en un Campeonato Brasileño. No sabía que sería inolvidable por otras razones.

“La tensión en el partido fue enorme, estaba muy concentrado en el campo. Fue todo muy rápido. No fue algo que todo el mundo se detuviera y observara durante horas”, dijo el ex lateral.
De aquella noche, Cocada dice recordar la perplejidad de los famosos rivales del Vasco, algunos de ellos jugadores de la selección brasileña. “Les dije que el aeropuerto estaba cerca y que podría ser un helicóptero”, dijo Cocada.
El reportero de Campo Grande News, Paulo Nonato de Souza, trabajó cubriendo el partido esa noche y explica que lo sucedido fue algo más allá del entendimiento humano. “En 1982 no existía la tecnología adecuada para reproducir algo similar”, afirmó el periodista.
El profesor Ascanio Bottini fue uno de los espectadores de la jornada y también cree que se trataba de extraterrestres.
“Recuerdo que, desde mi ángulo de visión, parecían 4 tubos, dos arriba y dos abajo, en paralelo. En cada extremo una luz fuerte. Estábamos concentrados en ver el partido cuando comenzó un murmullo en las gradas abarrotadas y las miradas se dirigieron desde el campo al cielo. Durante unos segundos todos quedaron estáticos. A una velocidad increíble el objeto pasó y desapareció. Cuando la gente me pregunta si creo en los platillos voladores, respondo: «¿Cómo no? Lo vi», dijo Bottini.

En aquella época, el ufólogo brasileño Ademar Gevaerd vino a Campo Grande para estudiar el fenómeno. Escuchó informes de apariciones similares no sólo en ciudades vecinas, sino en todo Mato Grosso do Sul e incluso en estados y países vecinos.
«Ciertamente fuimos visitados por otra forma de inteligencia», dijo el ufólogo.
Gevaerd incluso ganó un premio reconocido internacionalmente a principios de los años 1990 por estudiar el fenómeno, que resultó haber ocurrido en más de 300 ciudades en la misma semana.
Esa noche el Estadio Morenão hizo historia, con su público de 24.575 personas, es el récord mundial de testigos de una sola aparición pública de un OVNI.
