En el libro de Douglas Adams, «Guía del Autoestopista Galáctico», hay un pasaje en el que dos poderosas razas alienígenas envían enormes flotas a la Tierra. Atraviesan galaxias y vuelan miles de años luz (que es una medida de distancia, no de tiempo) en su camino hacia su objetivo, pero no se dan cuenta de los pequeños que son en comparación con los terrícolas y todos son tragados por un perro.
Un tipo similar de encuentro extraterrestre se informó en Malasia, probablemente la historia más notable de este tipo, que tuvo lugar el 19 de agosto de 1970.
Seis niños jugaban en una zona densamente arbolada de Malasia y afirmaron haber visto un OVNI de menos de un metro de diámetro, del que surgieron cinco extraterrestres humanoides.
La principal diferencia visible entre ellos y un ser humano era que medían uns 8 centímetros de alto.
Cuatro vestían trajes azules, mientras que uno iba de amarillo con casco, que los niños interpretaron como el líder.
Fueron a un árbol e intentaron instalar algún tipo de dispositivo, cuando uno de los niños, identificado solo como Wignerswaran, intentó capturar a una de las criaturas.
Desafortunadamente para él, los extraterrestres tenían «pistolas de rayos» y comenzaron a dispararle a él y a sus colegas, quienes huyeron de inmediato, pero Wignerswaran fue alcanzado por uno de los disparos que resultó en una herida menor en su pierna.
El caso sigue sin explicación hasta el día de hoy.
