Marduk era un dios babilónico gigante «de otro mundo», luchó contra la diosa Tiamat, que quería destruir la Tierra y a todos los Anunnaki.
Era hijo de Enki y tenía características surrealistas: tamaño gigante, dos cabezas y estaba envuelto en una luz radiante.
El texto sagrado de la creación mesopotámica Enuma Elish dice que Marduk fue creado en el Abzu, el inframundo de los Anunnaki, y lo describe de la siguiente manera:
«Enki lo creó tan perfectamente que su cabeza divina era doble. Cuatro eran sus ojos, cuatro eran sus oídos. Cuando sus labios se movían, el fuego ardía e irradiaba. Las cuatro orejas eran enormes, al igual que los ojos. Los ojos percibían todo. Era el más alto de los dioses y su forma era extraordinaria, sus extremidades eran muy largas y su estatura era extraordinaria».
En el templo de Esagila era adorado con una gran estatua dorada y el Enuma Elish narra una guerra civil de los dioses en Mesopotamia.
La Guerra Civil Anunnaki
Tiamat era la diosa de los océanos, comúnmente representada como una serpiente marina o un dragón, y Abzu era el dios de las aguas dulces, lagos y ríos.
Enuma Elish comienza con el siguiente pasaje:
«Cuando aún no existían los cielos arriba ni la tierra abajo, Abzu, el océano de agua dulce, estaba allí, la primera, la procreadora, y Tiamat, el mar de agua salada, la que creó todo. Aún estaban mezclados en sus aguas, y no había pasto. Todavía no se había formado ni un trozo de pantano.»
Tiamat y Abzu eran los dioses primordiales de los que descendían todos los demás dioses, y conspiraron para destruir a todos sus descendientes debido a conflictos entre los dioses más jóvenes.
En respuesta al plan de aniquilación, Enki mata a Abzu y Tiamat decide vengarse del asesinato de su consorte, para ello creó grotescos híbridos, 11 quimeras que portaban armas.
También le dio a Kingu, su hijo y líder de los ejércitos de Tiamat, las Tablas del Destino, que le otorgaban poder universal y absoluto.
Anu, dios del cielo y señor de las constelaciones, no pudo resistir la batalla contra Tiamat, fue entonces cuando Anshar, dios del horizonte, propuso a Marduk como guerrero.
Luego, Marduk creó un arco, flechas, un martillo gigante y una pistola de rayos. También poseía el Imhullu, un arma capaz de generar vientos huracanados.
El Código de Hammurabi también describe que Anu y Enlil le dieron a Marduk una especie de «carro volador».
Con todas estas armas logró derrotar a Tiamat y sus 11 quimeras, y posteriormente fue proclamado Rey de los Anunnaki, poseyendo las Tablas del Destino.