
Según el informe AATIP (Advanced Aerial Threat Identification Program), que analizó las muestras, el material fue definido como desconocido para la ciencia después de realizar pruebas y almacenado por la empresa aeroespacial privada de Robert Bigelow, que trabaja con la NASA, para llevar a cabo otras investigaciones sobre «aleaciones metálicas» inusuales.
AATIP estaba dirigido por el oficial de Inteligencia Militar Luis Elizondo en el Pentágono, quien luego renunció para formar el grupo de investigación To The Stars Academy (TTSA).
Ralph Blumenthal, uno de los periodistas que siguió la historia, dijo: «Como se informó, hay material de estos objetos que los científicos están utilizando para encontrar una explicación a las sorprendentes propiedades que contienen y comprender la tecnología. Es un tipo de compuesto que no han reconocido, imprimimos todo lo que pudimos verificar, pero no podemos ir más lejos.»
Después de numerosas declaraciones sobre la veracidad del informe, Nick Pope, que había investigado previamente la amenaza potencial que suponen los OVNIs para el Ministerio de Defensa británico, ha salido a respaldar las pruebas y está convencido de que en Estados Unidos se almacenan materiales de origen extraterrestre.
«Las declaraciones son ciertas, el proyecto existe y ha sido financiado con una suma de 22 millones de dólares. Algunos de los empleados involucrados en este proyecto afirman que algunos de los objetos eran extraterrestres. Hay materiales recuperados de accidentes de OVNIs, cuyos detalles completos aún no han sido liberados», dijo Pope.

«Los resultados de las pruebas realizadas a los metales se conocerán, solo es cuestión de determinar si estas pruebas fueron realizadas para AATIP, pero hechas por Bigelow Aerospace. Esto sería suficiente para mantener los resultados fuera de la Ley de Libertad de Información de Estados Unidos. No sabemos cómo se obtuvieron estos metales, sólo nos dijeron que se relacionan con OVNIs. Si vinieran del ejército, sería potencialmente muy significativo», dice Pope.
